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EL DIOS DE SPINOZA.

  • Foto del escritor: Aldemar Molano Carvajal
    Aldemar Molano Carvajal
  • 2 oct
  • 2 Min. de lectura
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Sócrates demostró que incluso el hombre más sabio no pudo sobrevivir a la toxicidad. Sócrates fue el padre de la filosofía occidental. El hombre que enseñó al mundo a pensar. Entrenó a Platón, que luego entrenó a Aristóteles y este a su vez entrenó a la civilización. Pero, ¿qué sucedía en su casa en esos momentos filosofales? Estaba casado con Xanthippe. Una de las esposas más tóxicas de las que se puede leer. Podemos aprender con deleite en los siguientes puntos al haber leído sobre ella:


1. Incluso la sabiduría no puede arreglar a una mujer que odia el orden. Ya que Sócrates podía debatir con reyes y aplastar a sofistas en público. Y en casa se enfrentó a constantes regaños, gritos y caos. Xanthippe no quería sabiduría. Ella quería guerra. E incluso el hombre más sabio vivo no podía razonarla para que estuviera en paz.


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2. Una esposa tóxica convierte un hogar en una sala de audiencias. Los testigos dicen que ella tiró agua en su cabeza. Lo insultó delante de los estudiantes. Se burló de su pobreza, ridiculizó su enseñanza y despreció su misión. Sócrates no estaba viviendo en un Matrimonio. Estaba viviendo en un juicio todos los días y mucho antes de que Atenas lo condenara a muerte.


3. Un hombre puede cambiar las naciones y aun así fallará en su propia casa. Sócrates construyó mentes que moldearon imperios. Pero él no podía liderar a una sola mujer rebelde. ¿Por qué. Porque no puedes liderar a alguien que se niega a ser guiado. No puedes razonar con alguien que prospera biológicamente en el caos. Y no puedes construir con alguien que intenta derribar tu paz. Que es lo que tanto amamos los hombres en el hogar.


4. Incluso los hombres más fuertes se rompen cuando el hogar está roto. Dicen que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Pero es obvio que detrás de Sócrates hubo una tormenta. Y no importa lo sabio o fuerte que seas. Una esposa tóxica te drenará la vida, más rápido que cualquier enemigo.


Al final se demuestra con esta historia fuera de la escritura bíblica de que puedes ser el hombre más sabio del mundo. Puedes enseñar reyes y entrenar imperios. Pero si te casas con una mujer adicta al caos... tu propia casa será tu perdición. Así que no ignores las señales de advertencia que veas alrededor de tus paredes. No creas que la sabiduría sola puede arreglar la toxicidad. Y no pienses que una gran misión excusa un mal Matrimonio. Porque ni Sócrates pudo, imagínate tú o yo. Unos simples mortales.

 
 
 

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