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Una cumbre con sabor a unidad y triunfo

  • Foto del escritor: Jorge Acosta
    Jorge Acosta
  • hace 11 minutos
  • 9 Min. de lectura
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III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe

¡Por una integración económica, social y cultural, con plena democracia, soberanía y paz!

Santa Marta – Colombia


Reunidos/as en la ciudad de Santa Marta, Colombia, mujeres, hombres y diversidades provenientes de todos los territorios de América Latina y el Caribe, movimientos sociales, sindicales, campesinos, indígenas, afrodescendientes, de pescadores, jóvenes y mujeres, disidencias sexuales, culturales, por la justicia ambiental, de salud, y todas las expresiones sociales y políticas que en la región luchamos por la integración, la justicia social y ambiental, construidas con la plena participación popular y el internacionalismo solidario, nos sumamos a los esfuerzos colectivos que históricamente han buscado asegurar a América Latina y el Caribe como zona de paz en la que se ejerce libre y democráticamente el derecho a la soberanía nacional, a la autodeterminación de los pueblos y a la integración económica, social y cultural.


Nos enfrentamos a una situación internacional caracterizada por la continuidad y profundización de la crisis multidimensional y civilizatoria del capitalismo a escala global, con el declive de la hegemonía del imperialismo de EEUU como rasgo característico, cuyo correlato en el sistema internacional es el fortalecimiento y consolidación de una estructura multipolar y pluricéntrica, en la que el poder político, económico, militar y tecnológico se encuentra distribuido cada vez más de manera global, siendo el multilateralismo la única alternativa para construir modelos de cooperación y complementariedad internacional que le abran paso a una comunidad de destino compartido para la humanidad, en la que se abogue con fuerza por la resolución política y pacífica de los conflictos armados y por la solución de las múltiples crisis económicas, sociales y ecológico-ambientales que genera el sistema capitalista


América Latina y el Caribe juega un papel determinante y estratégico en la disputa por consolidar un sistema internacional multipolar que logre incorporar a todos los Estados y pueblos en igualdad plena de condiciones en las dinámicas propias de la política y la economía mundial, quebrando las lógicas que naturalizan el predominio de unos Estados sobre otros en el sistema internacional, haciendo posible la existencia de condiciones para que Nuestra América se constituya en un importante centro de poder que podría ser determinante y decisivo en las más complejas decisiones de la política internacional.


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Ante el creciente avance de la extrema derecha, del fascismo y el sionismo, el reavivamiento del supremacismo racial y del patriarcalismo, que a través de la injerencia de las fuerzas imperialistas y coloniales buscan someter a los pueblos soberanos a través de la guerra, la subordinación política y la discriminación, redoblaremos nuestro espíritu solidario en apoyo a nuestras/os hermanas/os de Palestina, Venezuela, Cuba, Nicaragua, y con todas/os aquellos que se encuentran bajo ataque o amenaza. El pueblo palestino ha sido sometido a un horrendo genocidio continuado por parte del ente sionista de Israel y del imperialismo y no descansaremos hasta que los perpetradores de estos crímenes contra la humanidad sean llevados ante la justicia, Palestina sea protegida y se dé fin a la ocupación colonial de su territorio. Asimismo apoyamos con firmeza la bandera de la descolonización y la lucha por la total emancipación de aquellos países que continúan siendo ocupados por las fuerzas coloniales en nuestra región, como sucede en nuestro Caribe con el caso de Puerto Rico que lucha sin descanso por su independencia, y en el atlántico con Argentina que continúa reclamando su soberanía sobre las Islas Malvinas.


América Latina y el Caribe es Zona de Paz. La actual escalada militarista imperialista tiene como objetivo los pueblos de Nuestra América y sus recursos. El objetivo inmediato es Venezuela. Las operaciones letales contra embarcaciones frente a las costas venezolana y colombiana constituyen una violación de la soberanía del Abya Yala. Esto requiere acción y movilización urgente de los pueblos y gobiernos del continente. Cuba continúa resistiendo ante el genocidio silencioso que implica el bloqueo económico, financiero y comercial ilegal impuesto por Estados Unidos por lo que exigimos el fin de esa política hostil y que sea excluida de la lista de estados patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Asimismo, nos solidarizamos con los pueblos de Argentina, El Salvador, Ecuador, Haití, entre muchos otros, que enfrentan las violaciones de sus derechos humanos y feroces ataques a sus derechos políticos por parte de sus propios gobernantes.


Como una forma de materializar la solidaridad entre nuestros pueblos, la Cumbre Social promoverá la conformación de un contingente internacionalista interdisciplinar, que pudiera estar financiado por el sistema multilateral alternativo del Sur Global, como es el BRICS Plus u otra figura existente, para responder a situaciones de ayuda humanitaria en Haití, Gaza, Cuba, Venezuela o cualquier país del Sur Global que así lo pida y se apruebe en el colectivo coordinador de la Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe.


Instamos al gobierno de Colombia a someter ante las Naciones Unidas la Resolución Unión por la Paz para proteger al pueblo palestino. Asimismo, recordamos que la paz de Colombia es la paz de la región, y la paz de la región es la defensa de la soberanía y el respeto al principio de autodeterminación de los pueblos.


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Llamamos a la movilización permanente para enfrentar solidariamente la agresión imperialista y sionista contra nuestros pueblos y gobiernos, a defender las decisiones democráticas de nuestros pueblos a tener sus propios gobiernos y sistemas económico-sociales, a coexistir y superar los conflictos en condiciones pacíficas, y a construir condiciones de vida dignas para todos y todas y en armonía con la naturaleza. En ese sentido, nos comprometemos a promover la construcción de un frente internacional antiimperialista, anticolonial, antifascista, antipatriarcal, antisionista, y antirracista.


Saludamos la presidencia protémpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en cabeza del señor presidente de Colombia Gustavo Petro y la posibilidad de una apertura democrática para el diálogo con los pueblos y sus movimientos sociales articulados en la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe, y agradeceremos los esfuerzos desarrollados por varios países en la IV Cumbre CELAC – Unión Europea (UE) para garantizar que los proyectos de integración regional e internacional se construyan desde los principios de la equidad y la justicia.


Respaldamos la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en Colombia, que tenga como principal rasgo un proceso participativo y representativo del campo social, con una amplia participación popular a través de sus organizaciones sociales, populares, sindicales, de mujeres, diversidades, afrodescendientes, indígenas, etc. Entendemos la importancia que reviste para el país suramericano y para la región esta propuesta que enmarca la posibilidad de la continuidad del proceso de cambio económico, social, democrático y de garantía de derechos en territorios sometidos históricamente al despojo y la violencia, consecuencias de estrategias e imposiciones para el enriquecimiento de pocos mientras las mayorías son excluidas y sometidas a la pobreza, la discriminación y la desigualdad. Por lo tanto, los diferentes procesos convocantes de la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe, nos constituimos como Comité Promotor de esta iniciativa de corte popular para iniciar el proceso de recolección de firmas que posibilite conquistar dicho propósito.


Esperamos que un diálogo permanente abra un proceso incluyente hacia la presidencia protémpore de la CELAC que en 2026 tendrá el señor Yamandú Orsi, primer mandatario del Uruguay. Y anhelamos que estos esfuerzos democráticos para la participación popular en la construcción de la integración regional deriven en la participación consultiva de los pueblos en el Mecanismo de la CELAC.


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En tiempos de desafíos y transformaciones aceleradas, la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe define trabajar en diálogo democrático y participativo con las instancias regionales, gobiernos y Estados, con el anhelo de ser incorporada como mecanismo consultivo de la CELAC.


La III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe se compromete con el siguiente mandato:


Luchar por garantizar el trabajo digno y la construcción dialogada de una política de migraciones y derechos de las personas migrantes que enfrente el racismo estructural y la xenofobia, y avance hacia la materialización de las reparaciones históricas y las garantías de no repetición.


Desde los feminismos populares, interseccionales y emancipatorios y las disidencias sexuales y de género, fortalecer nuestras luchas para desmantelar simultáneamente el patriarcado y los binarismos de género, entendiendo que estos se conjugan como formas entrelazadas de poder y dominación. Trabajamos para colocar la sustentabilidad de la vida en el centro de toda construcción social y política, lo que exige desmantelar la división sexual del trabajo y redistribuir justamente las cargas de cuidado históricamente soportadas por las mujeres, empobrecidas, racializadas y migrantes. Desde esta posición, denunciamos y rechazamos vehementemente la explotación, violación y discriminación de los cuerpos de las mujeres y de todas las disidencias sexo-genéricas e identidades y orientaciones no heteronormativas, afirmando que la justicia de género solo será posible en una sociedad que erradique todas estas opresiones. Somos un cuerpo en resistencia, por la protección de la vida digna, de nuestros territorios, por la soberanía, libertad y dignidad de nuestra gran América.


Lucharemos por la justicia social, que no será posible sin una reforma agraria integral y popular que materialice la soberanía alimentaria para enfrentar el hambre en el mundo, aunada a un necesario proceso de reindustrialización regional. La reforma agraria y la reindustrialización, que sólo se realizarán con la redistribución de la propiedad de la tierra, la protección del agua, de las semillas y el impulso a la consolidación de las territorialidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, a la agroecología y el impulso de las redes de agricultura rurales y urbanas. La justicia ambiental y la lucha contra la crisis climática, que requieren de un decidido impulso de los Estados y la institucionalidad regional para la garantía del manejo comunitario de las selvas, los bosques, las aguas y la biodiversidad, y la construcción de una transición justa, feminista y popular de la mano del movimiento de las/os trabajadoras/es y el movimiento de las mujeres y diversidades, y con principios y lineamientos regionales efectivos para la democratización de la energía y la soberanía energética.


Participaremos en la construcción de la justicia ambiental, social, económica y de género. Para ello enfrentaremos el poder y la impunidad de las empresas transnacionales, dando continuidad al impulso de un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales en materia de derechos humanos, ambicioso y eficaz, y leyes nacionales en distintos países de la región, que permitan su implementación. Continuaremos la lucha contra los Tratados de Libre Comercio (TLC) que han sometido a nuestros países y han favorecido a potencias económicas a costa de las economías nacionales y los derechos sociales. Y enfrentaremos los mecanismos de solución de controversias inversionista – Estado que están en el centro del sometimiento de las soberanías nacionales; nos esforzaremos por la construcción de una nueva arquitectura financiera global con los BRICS y su relación con la región y sus posibilidades de enfrentar el yugo de la deuda ilegítima, odiosa y devastadora para nuestra América promovida por instituciones financieras internacionales funcionales a las estrategias de sometimiento imperial.


Promoveremos la participación protagónica y decisoria del movimiento juvenil en la región, garantizando los procesos de organización que permitan comprometer a los Estados a garantizar los derechos a la movilización y la protesta, a la educación como derecho fundamental y bien común, al trabajo digno, a la vivienda, la tierra y el arte, que se traduzcan en políticas de Estado respecto a la juventud, para el desarrollo de todas las capacidades y competencias en el escenario de disputa de construcción de subjetividad y la batalla de las ideas.


Apoyaremos los procesos contemporáneos de desarrollo de estrategias y herramientas soberanas de comunicación y construcción de las culturas, las artes y los saberes como base de la producción de propuestas políticas emancipatorias provenientes de los pueblos y sus formas de expresión y diversidad biológica y cultural; solamente la soberanía tecnológica garantizará que la comunicación y la cultura de nuestros pueblos no sean dominadas por los grandes agentes transnacionales de la inteligencia artificial y sus tecnologías de sometimiento y destrucción de la comunicación y la vida.


Defenderemos el derecho a la salud como un derecho humano fundamental priorizando las necesidades de las personas sobre los intereses comerciales; desde una perspectiva integral que garantice la autonomía farmacéutica para asegurar el acceso equitativo a tecnologías sanitarias en la región, reduciendo la dependencia de importaciones e intereses transnacionales. Para lograr esto, se insta a los Estados latinoamericanos a reorientar la innovación hacia el interés público, usar plenamente las salvaguardas del acuerdo ADPIC, implementar políticas públicas que garanticen la financiación y producción local de tecnologías estratégicas, fortalecer los mecanismos de compras públicas conjuntas y fomentar la cooperación regional en investigación, producción descentralizada y armonización regulatoria, inlcuyendo la agencia sanitaria regional.


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Para los Pueblos Indígenas la Hoja de Coca hace parte fundamental del patrimonio cultural y espiritual de nuestros sistemas de conocimiento. Esta planta fue entregada desde el origen para cuidar, sanar y armonizar la relación con la naturaleza. Por ende se debe facilitar la participación plena, permanente y con carácter decisorio de los Pueblos Indígenas para salvaguardar su identidad cultural y saberes ancestrales. Rechazamos la criminalización de la Hoja de Coca y llamamos a los Estados del mundo a retirarla de listados que la satanizan y criminalizan desconociendo su origen cultural y espiritual.


En la articulación y el trabajo mancomunado entre los gobiernos y los pueblos de América Latina y el Caribe está la primera línea de defensa de nuestra soberanía continental y de los derechos de los más de 660 millones de habitantes que hay en nuestra región. Esta III Cumbre Social de los Pueblos es un aporte concreto a la enorme tarea que se nos presenta en este momento histórico de defender nuestro continente como una zona de paz frente a las amenazas imperialistas y la consolidación del proyecto de integración regional, que parte del robustecimiento de la arquitectura institucional regional en materia de relaciones internacionales, configurada a partir de la CELAC.


¡Por una integración económica, social y cultural, con plena democracia, soberanía y paz!

 
 
 

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