Tu madre tierra, quien nos da la vida, Te amamos por doquier.. Tu quien nos da todo en esta vida, Siempre te cuidaremos
Del anhelo profundo para vivir una experiencia entre la selva y los ríos de agua dulce, nos encontraremos bajo los rayos de sol en una tarde veranera y de la luna llena en una noche de tertulia en la playa frente al fuerte de maviso para pintar con estrellas de colores el inmenso cielo azul, atravesaremos la frontera entre los ríos guaviare e inírida y el atabapo para contemplar la estrella fluvial de Humboltd y recorrer entre las piedras de Coco viejo a brincos aquellos petrogliferos plasmados en simbolos de ancestros curripacos que medían sus pasos a través de la mitología y de sus costumbres.
Qué bonito es transformar nuestras propias fronteras, reconocer nuestra fuerza, nuestros ritmos, nuestros ríos y nuestras costumbres.
Bañaremos nuestros cuerpos entre el espejito de sol y entre los caños de agua cobrizo donde naufragan las garzas y las golondrinas y al son de una flauta subiremos el majestuoso cerro sapo y de almuerzo serviremos un bocon moqueado con bastante ají y de tomar un vaso de chicha de pepa de fibra con casabe de almidón. 🫀
Bienvenidos a mi tierra: Wainia "Tierra de muchas aguas", donde viviremos la práctica de movimientos de cadera, respiración, escritura, círculos de conexión, también danzaremos, reíremos y jugaremos. Nos adentraremos entre la selva, las rocas y entre los raudales, nos dejaremos conquistar por los bailes de las toninas y de la pasarela de las garzas mañaneras.
Sí Usted me diera un poco de farinha (mañoco) yo sacaría un vaso con agua y haríamos una yucuta fresca bien helada.
Sí Usted me diera un pescado guaracú y Ceccii Duran recogiera esos ajíes murupí de su conuco e Irene Cecilia Rojas tostara una torta de casabe allá en su chagra de la ceiba, nos vamos de minga a la comunidad de caranacoa y prepararíamos un delicioso ajicero y luego nos sentaríamos a la mesa después de celebrar la santa cena.
Sí Usted sembrara en su casa, unos tupiros a los 3 meses ya estaríamos recogiendo sus frutos, cocinando y echando bueno ají parajito con un poco de sal y de mañoco quedaría bien rico.
Sí a Usted le gusta el baile, nos iremos a buscar a un curripaco, un tukano, un wanano o a un shuar para que nos toque el yapurutú a son del viento y del correr de las mansas aguas.
Más tarde buscaríamos a un abuelo para que nos relatara la historía del cacique Agapito y del rey de las toninas, mientras nos sentamos en la cima del cerro sapo vía a vitina para contemplar el ocaso solar en una tarde veranera.
En la noche bajo una llamarada en una playa frente al fuerte de maviso, tertuliaríamos contando las estrellas y armonizando a la diosa jaci (luna) un yeral cantaría un jolgorio con su flauta al dios peruda creador de toda la naturaleza.
Carmen Yolanda y el director de la revista Actualidad Global Internacional, Jorge Roberto Acosta Gil
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