Azerbaiyanos y colombianos muy UNIDOS
- Roberto Trobajo Hernández
- 3 abr
- 2 Min. de lectura


Desde hace más de tres décadas, Azerbaiyán y Colombia, vienen fortaleciendo relaciones. La amistad entre ambas naciones se ha venido consolidando, añeja porque datan del 13 de diciembre de 1994, pero rejuveneciéndose cuantos más vínculos entrelazan a los dos países.
Loable el sólido relacionamiento político, imprescindible al erigirse fuertes lazos amistosos que generen fructíferos intercambios multiplicadores de éxitos… máxime entre pueblos amigos, acercándose cada vez más.
Azerbaiyán, tras haber enfrentado cruentas guerras defendiéndose de la ilegal ocupación de soldados armenios, huestes que habían usurpado un 20% de su territorio, después de la victoria azerí han tenido que esforzarse muchísimo en desminar las tierras liberadas, ganando notable experiencia que le viene compartiendo a los colombianos enfrascados en el desminado humanitario.
Vale destacarse que el gobierno azerbaiyano ha estado al lado de Colombia, máxime en momentos muy difíciles: cuando Bogotá sufrió por los azotes de incendios forestales, Azerbaiyán aportó 100.000 dólares para ayudar a la capital colombiana; misma cifra que también donó a la alcaldía de Duitama, en Boyacá, contribuyendo al cuidado de los páramos boyacenses. Solidaridad azerbaiyana acrecentada con su actual presidencia de la COP29, recién acontecida en Bakú.
Las relaciones bilaterales entre Azerbaiyán y Colombia –más allá de los vínculos políticos y socioeconómicos- abarcan lo educativo (jóvenes colombianos podrán estudiar becados en prestigiosas universidades azerbaiyanas) y es muy destacable la colaboración cultural: el pasado febrero, en el Congreso de la República, se expuso una impresionante exposición de pinturas azerbaiyanas alegóricas al terrible genocidio de Joyali del que fue víctima el pueblo azerí, también recogido en un libro donado a la Biblioteca Nacional de Colombia, por Mammad Talibov, embajador de Azerbaiyán.
Y este año, obras del gran artista colombiano Fernando Botero, serán expuestas en Bakú, donde el culto público azerbaiyano disfrutará de la obra del Maestro Botero, presentadas por su querida hija Lina.

Azerbaiyán y Colombia, cada vez acortan más las distancias, pues aunque están separados por más de doce mil kilómetros, fortalecen -más y más- una amistad, creciente, propia de hermanos.
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