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  • Foto del escritorJorge Acosta

Aplica dos técnicas de administración a nuestra vida personal y profesional

Nos traerá beneficios inmediatos


Muchas veces escuchamos de técnicas que se aplican en la administración de empresas y pensamos que sólo sirven y son eficientes, en ése ámbito, sin embargo, aplicarlas a nuestra vida, nos trae beneficio asegurados, si comprendemos bien los conceptos y las aplicamos correctamente. Aquí vamos.



Por: Albana Cristina Ceberio

Periodista Argentina

Catedrática de oratoria

Coach en Comunicación

albanacristinaceberio@gmail.com


Podemos nombrar técnicas y conceptos muy enriquecedores que perteneciendo al ámbito empresarial, podemos adoptar para nuestra vida en forma simple y sencilla y los cambios, créeme, son contundentes. FODA o DAFO, según su sigla en inglés, Mejora Continua, conceptos como la eficacia y la eficiencia, etc. En este artículo quiero comenzar con la que considero más importante y fundamental, la fórmula FODA.


FODA, significa FORTALEZAS, OPORTUNIDADES, DEBILIDADES y AMENAZAS. Dos de estos elementos, son externos a las organizaciones. En nuestro caso, al aplicarlo a las personas, diremos que están fuera de la zona de dominio de la persona y dos son inherentes al ser humano, por lo tanto, está dentro de su área o zona de dominio.


La zona de dominio es ese “espacio” en el que tus acciones tienen repercusión directa. Dependen de ti, de tu accionar, dispones de ese poder. Entonces, las FORTALEZAS y las DEBILIDADES, son los dos elementos de nuestro dominio, están en nosotros. Forman parte de nuestra personalidad o de nuestras capacidades.


Por otro lado, la zona donde no tengo dominio directamente, son las que le corresponden al entorno. Yo puedo, mediante mis acciones u omisiones, afectar ese entorno, pero sólo después de que el entorno se ha presentado con determinadas características. Es decir que solamente puedo reaccionar a lo que viene o deja de venir. En otras palabras, está fuera de mi zona o área de dominio. Estos elementos son las OPORTUNIDADES y las AMENAZAS.


Veamos primero cada uno de estos elementos y luego, cómo aplicarlos a diario. Comencemos por las FORTALEZAS. Aquí, debemos considerar todo aquello que forma parte de nosotros y de nuestra realidad, por más que sea cambiante, qué nos hace fuertes, solventes ante una situación o circunstancia de la vida. Por ejemplo, dentro de la personalidad, una FORTALEZA podría ser el lograr empatía, naturalmente, con los demás. Favorece la comunicación y es una característica positiva que puede abrirme más de una puerta.


La capacitación técnica es otra fortaleza. Cuánto mayor sea, más fuerte seré ante los requerimientos sociales y laborales. Si hablo correctamente tres idiomas, es un punto diferenciador con respecto a otras personas y es un punto fuerte en mi vida que me hará superar a otras personas en, por ejemplo, una búsqueda laboral.

La capacidad de resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarme a los cambios en forma positiva, es una gran FORTALEZA. Así también, el pensamiento positivo, capacitación académica, saber escuchar, la buena predisposición, etc.


Es decir, todo aquello que forme parte de nosotros, ya sea porque nacimos con ese don, porque lo aprendimos y desarrollamos, porque nos capacitamos en algo, porque decidimos adoptar un pensamiento positivo. Todo lo que construimos o forma parte de nuestra manera de ser, que nos aporta beneficios, son FORTALEZAS y debo tenerlas en cuenta para apoyarme en ellas en el momento en que lo necesite. Lo importante, en primer término, es ser consientes de que existen, están allí y forman parte de quiénes y cómo somos.


Por el contrario las DEBILIDADES, están en el extremo opuesto, pero son igual de importantes. Debemos tenerlas identificadas y en consideración. Son características que nos provocan una desventaja ante los demás y ante las circunstancias. Por ejemplo, la extrema timidez que puede provocar síntomas de pánico al momento de tener que hablar en público. Ya sea en el trabajo, ante un superior o como profesional, al tener que realizar una exposición o conferencia, siendo estudiante, al presentar un examen oral. Es una DEBILIDAD de mi personalidad, de mi forma d ser.


Pero, una vez que identifico esta característica, qué debo hacer? Pues, no se vale el sentimiento de culpa, vergüenza, o cualquier sentimiento o pensamiento negativo o autodestructivo. Todos tenemos DEBILIDADES y nótese que no he dicho “defecto”, es una DEBILIDAD, algo que puedo corregir o neutralizar, pero para lograrlo, el primer paso es reconocer esa característica en mí. No me define como persona, sólo es algo con lo cual voy a tener que lidiar con inteligencia y a conciencia.


En el ejemplo anterior, puedo corregir esa limitación, buscando una capacitación técnica en comunicación, asistiendo a un profesional de la psicóloga para descubrir de dónde proviene esa inseguridad y temor al momento de expresarme públicamente. Entonces, dejará de ser una DEBILIDAD y pasará a formar

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