Cada cual opinara de acuerdo a sus odios y frustraciones, o de su capacidad intelectual y de liderazgo.
A PETRO LO QUE QUIEREN ES MATARLO
Mario Rey
A Gustavo Petro ‒primer presidente progresista de Colombia‒, lo quieren matar, física, moral, mediática o simbólicamente, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, como quisieron hacerlo con el libertador Simón Bolívar, como asesinaron al líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, como le destrozaron el cráneo al líder liberal Uribe Uribe, como acribillaron al candidato liberal Luis Carlos Galán, como traicionaron y asesinaron al líder guerrillero desmovilizado Guadalupe Salcedo, como mataron al candidato desmovilizado Carlos Pizarro, como asesinaron al amnistiado médico y líder reformista Carlos Toledo, como rafaguearon al candidato presidencial de la Unión Patriótica (UP) Jaime Pardo Leal.
Como asesinaron al candidato presidencial de la UP Bernardo Jaramillo, como balearon al congresista de la UP Manuel Cepeda, como asesinaron al maestro y congresista de la UP Leonardo Posada, como secuestraron, asesinaron y desaparecieron a más de 5 000 miembros de la UP, como cazaron y balearon al médico, maestro y defensor de los derechos humanos Héctor Abad Gómez, como acribillaron al renovador liberal Rodrigo Lara Bonilla.
Como asesinaron a más de 4 756 líderes sociales entre 1986 y 2016, como mataron a 1 113 líderes sociales entre 2016 y 2022, como asesinaron al poeta guerrillero Afranio Parra, a Mauricio Cortés y a Silverio Rodríguez del M-19 mientras participaban en los diálogos de paz, como han asesinado a 385 exguerrilleros de las FARC firmantes de la paz,
como acribillaron al comediante, periodista, maestro y pacifista Jaime Garzón, como querían eliminar a la escultora Feliza Bursztyn, como la condenaron a vivir y morir en el exilio, como ansiaban neutralizar, eliminar, encarcelar o asesinar al Premio Nobel Gabriel García Márquez, como lo condenaron al exilio y después de muerto lo mandaron al infierno…
A Petro lo que quieren es matarlo, como a Bolívar, como a Uribe Uribe, como a Gaitán, como a Cepeda, como a Garzón, como a Pizarro y a la larga y dolorosa lista de asesinados, por denunciar el desigual, corrupto y asesino régimen, por desear su cambio, por luchar contra la pobreza y la corrupción, por buscar una sociedad más democrática, más respetuosa de la vida, de los derechos humanos y de la naturaleza…
Como Petro se escapó milagrosamente de ser asesinado durante la pasada campaña presidencial ‒un atentado preparado por un tal “Calzones”, un paramilitar que aparece retratado con muy sonrientes personalidades de gobiernos anteriores‒; como Petro logró la presidencia con el apoyo de mucha gente hastiada de tanta desigualdad, corrupción, asesinatos y violencia.
UNA BUENA PARTE de la vieja y la nueva aristocracia terrateniente, ALGUNOS empresarios, financieros y políticos tradicionales, CIERTOS burócratas y periodistas, VARIOS militares y policías, exmilitares, expolicías y paramilitares no solo han torpedeado sus reformas y propuestas políticas, han emprendido una gigantesca, sistemática y brutal campaña de odio, silencios, mentiras, suposiciones, exageraciones y difamaciones sobre su naciente gobierno, sus logros, dificultades y errores; su rostro, su mirada, su aspecto personal, sus zapatos…
Exmilitares, expolicías y paramilitares no solo han torpedeado sus reformas y propuestas políticas, han emprendido una gigantesca, sistemática y brutal campaña de odio, silencios y mentiras, suposiciones, exageraciones y difamaciones sobre su naciente gobierno, sus logros, dificultades y errores; su rostro, su mirada, su aspecto personal, sus zapatos…, su personalidad, su mujer, sus exmujeres y sus hijos, sus gustos, su dieta, las películas que ve y su vida íntima, para deslegitimarlo y crear un ambiente mediático de linchamiento propicio para el golpe o algún proceso de revocatoria de mandato o algún atentado contra su vida, como hicieron con el abogado, periodista, catedrático, empresario, diplomático, militar y pensador Rafael Uribe Uribe, vilmente asesinado a hachazos en la Plaza de Bolívar cuando llevaba al Congreso un proyecto de ley para favorecer a los trabajadores...
A Petro lo que quieren es matarlo, porque sus proyectos de reforma y gobierno buscan disminuir la pobreza; porque procura “que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres” (Gaitán), porque considera que quienes tienen más tierras, más capital, más dinero, más inversiones, más casas y más negocios paguen más impuestos; porque pretende que los servicios de salud sean mejores y lleguen a más sectores y a más regiones de la población, tanto en las ciudades como en el campo; porque promueve la entrega de tierras a los campesinos pobres, que estos sean reconocidos como sujetos de derecho y se incremente la inversión en las zonas rurales; porque denuncia los peligros de la contaminación ambiental y propone una transición energética.
Porque desea que los trabajadores recuperen los derechos laborales que les fueron conculcados por gobiernos anteriores, como la contratación a término indefinido, el pago de horas extras, recargos nocturnos, vacaciones y jubilación; porque pretende que las pensiones sean mejores, cubran a una mayor población y las personas en pobreza o pobreza extrema tengan una renta; porque propone que la educación sea un derecho universal desde los tres años, una educación pública integral y gratuita, una formación intermedia que permita a los jóvenes tener opciones de trabajo y poder continuar sus estudios superiores, porque propone el ingreso gratuito a la formación policial y militar. Porque va al fondo con los Acuerdos de Paz que el gobierno pasado y sus cómplices se propusieron hacer trizas, porque busca La Paz Total que nos permita superar la sangre, el dolor y las pérdidas de los conflictos heredados desde el siglo XIX…
A Petro lo que quieren es matarlo, porque estas necesarias y justas políticas y reformas liberales, humanitarias y pro paz les resultan inadmisibles a esos muy pocos codiciosos y corruptos que han gobernado y se han enriquecido sin tener en cuenta a la mayoría de la población lacerada por la desigualdad, la pobreza y la guerra…
También lo quieren matar porque esos muy pocos individuos codiciosos y corruptos ‒asesinos, algunos de ellos‒ son, además, clasistas, racistas y de doble moral, y no soportan, no pueden soportar, que Gustavo Petro, un “corroncho”, un hijo de los sectores populares, y Francia Márquez, una mujer negra que trabajaba como empleada doméstica mientras estudiaba, hayan ganado las elecciones y estén gobernando y ocupando los salones y los espacios políticos y sociales que consideraban de su exclusividad.
No soportan que los de abajo brillen por su inteligencia y formación; no soportan que Petro sea una referencia internacional con sus propuestas y discursos pacifistas y ecológicos; no soportan que Petro no le haya entrado a los “negocios”; no soportan que su gobierno esté sacando a la luz su nutrida y densa red de “negocios” y corrupción; no soportan que en el gobierno de Petro y Francia Márquez esté representada la Colombia plural, la Colombia negra, la Colombia indígena, la Colombia mestiza, la Colombia mulata, la “Colombia real”…
No pueden aceptar, y no soportan que Petro, más allá de los pequeños y discutibles y corregibles errores, está gobernado bien, que la economía no solo no se haya derrumbado, sino que marche bien, que no haya expropiado a nadie, que haya respetado las instituciones y los procesos democráticos, que haya logrado convocar a muchos sectores que, sin ser de izquierda o progresistas, reconocen la necesidad del cambio.
No soportan que muchos empresarios y terratenientes estén participando en su gobierno, que distintos políticos y partidos que se negaban al cambio
empiecen a aceptar la necesidad de las reformas; no soportan que la conciencia de la necesidad de acabar la violencia y la corrupción es cada día más grande…
No lo soportan, no pueden soportarlo, porque si el gobierno de Petro logra salir adelante vendrán otros gobiernos que continuarán el proceso del cambio…
No lo soportan, no lo pueden soportar y se escudan en los pequeños errores y malentendidos, en sus zapatos, en sus vestidos, en sus menús, en sus películas, en sus gustos, en su impuntualidad; no lo soportan y le atribuyen la responsabilidad del comportamiento de su hijo, de su hermano y de algún aliado o colaborador; no lo soportan y se escudan en las enfermedades y los vicios que ellos mismos le inventan para impedirle por todos los medios el ejercicio del gobierno, para atacarlo con saña y crear el ambiente propicio para deslegitimarlo, neutralizarlo, derrocarlo o asesinarlo…
Pero no lo lograrán, a Petro no podrán asesinarlo, no podrán matarlo, no podrán neutralizarlo, no podrán desaparecerlo, porque los Bolívar, los Gaitán, los Pizarro, los Petro son necesarios y la sociedad los crea y los mantiene vivos en la memoria, más allá de la muerte, porque a Petro lo respaldamos y lo protegemos hoy millones de demócratas que deseamos el cambio, porque hoy en día amplios sectores de los militares y los policías también lo protegen, porque muchos aliados de quienes nos han gobernado también entienden que es necesario el cambio y la modernización del país, es necesario poner a producir el campo, es necesario, y urgente, ponerle fin a la violencia, la corrupción y la lacerante desigualdad social…
¡A Petro lo que quieren es matarlo, pero no dejaremos que eso suceda!
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