Por Araceli Aguilar Salgado
Periodista, Abogada, Ingeniera,
Escritora, Presidenta del Congreso
Hispanoamericano de Prensa,
Analista y comentarista mexicana,
del Estado de Guerrero, México.
“Es posible que veamos un colapso económico en algunos países a menos que los acreedores del G20 acuerden acelerar una reestructura de la deuda y suspendan su servicio mientras negocian esa reestructura” Kristalina Georgieva
Georgieva pintó una imagen sombría de los desafíos a los que deberán enfrentarse las economías del mundo, en un contexto de elevada inflación, inseguridad alimentaria y cambio climático.
El FMI instó el jueves a las economías del G20 a ampliar y mejorar su iniciativa de alivio de la deuda externa, al advertir que muchos países podrían sufrir un “colapso económico” si no cuentan con esa ayuda.
La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20 (DSSI) expira a fin de año y, si no se renueva, varios países podrían enfrentar presiones financieras y recortes de gastos justo cuando se extiende una nueva variante de coronavirus y se espera un aumento de las tasas de interés, remarcó.
Dados los problemas con el programa de alivio de la deuda y el marco común para tratar con los acreedores privados, hasta ahora solo tres países solicitaron el aligeramiento de esa carga - Chad, Etiopía y Zambia - y enfrentan “retrasos significativos” en sus pagos.
El marco operativo aún debe cumplir con su promesa. Esto requiere una acción rápida”,
La economía mundial está en grave riesgo de entrar en recesión, tal como lo ha reconocido la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. Según su apreciación, las perspectivas económicas han «oscurecido significativamente y de ahí el riesgo actual.
Georgieva consideró que esas perspectivas han empeorado especialmente desde abril pasado. Por ello, aseguró que no está en la capacidad de descartar una recesión mundial el próximo año
La perspectiva desde nuestra última actualización en abril se ha oscurecido significativamente, dijo Georgieva. Además, señaló que estamos en aguas muy agitadas a raíz de los aumentos de las tasas de interés, la desaceleración del crecimiento económico de China y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
El vaticinio de la directora del FMI es además negro para el futuro, en comparación con la situación económica actual. Incluso, tomando en cuenta que en lo que va de año los mercados han caído continuamente, tanto en lo tradicional como en el mundo de criptomonedas.
Será un 2022 difícil, pero tal vez un 2023 aún más difícil […] Los riesgos de recesión aumentarán en 2023, dijo Georgieva al respecto.
La directora gerente del FMI, que ha rebajado varias veces su previsión de crecimiento para la eurozona en los últimos meses, incidió en que el bloque afronta un final de 2022 “duro” y un 2023 “todavía más duro” y subrayó que, en este contexto, la “prioridad” de los bancos centrales tiene que ser controlar una inflación que corre el riesgo de ser “devastadora” para la economía global.
El panorama, hasta ahora, no resulta prometedor. Especialmente con la inflación afectando hasta a las mayores potencias económicas y monedas como el euro mostrando signos de la afectación de la crisis económica global.
En la misma entrevista, la ejecutiva adelantó que el FMI rebajará su pronóstico de crecimiento económico global para este 2022 por tercera vez durante el año. Y aunque los economistas de la institución todavía están trabajando en las cifras definitivas, el pronóstico llegaría a un crecimiento de 3,6%.
Como una posible respuesta para evitar males mayores, se refirió a la necesidad de controlar el aumento de los precios, a medida que los índices inflacionarios no han hecho sino aumentar en la mayoría de los países del mundo.
La postura del FMI no aparece como una apreciación aislada. Ya otras instituciones, como por ejemplo Citigroup o Deutsche Bank, se habían referido al escenario de una recesión a la vista. Tal como reseñamos en este último calculaba al menos un 50% de probabilidad de que se dé este escenario
Pero hay quienes ven el panorama incluso peor, con una recesión ya en curso. Tales son los casos del profesor Hugo Ferre, experto en Bolsa de la Universidad de Alicante; o el experimentado inversionista y conocido detractor de Bitcoin, Peter Schiff.
“Los desafíos de la deuda son apremiantes y la necesidad de acción es urgente. La reciente variante ómicron es un claro recordatorio de que la pandemia estará con nosotros por un tiempo” Kristalina Georgieva
ONU: La recesión global, el estancamiento y recesión económica del mundo por endurecimiento excesivo de la política monetaria
Por Dr. Amín Cruz
“No cabe duda de que habrá una desaceleración. Y algunas economías ya están cerca del estancamiento. Mucho será determinado sobre cuánto se compensa ese apretón del costo de vida, tanto por el ahorro como por el endeudamiento” Janet Henry
Las consecuencias de una recesión mundial afectarán en especial a los países pobres o en vías de desarrollo, advierte una agencia de la ONU. Igual pienso que la crisis esta y afectara sin lugar a duda a todos, en los países ricos la clase humilde o pobres no escapa a esta crisis mundial.
El mundo caerá en una recesión global y un estancamiento prolongado a menos que los países industrializados cambien pronto el curso de sus políticas monetarias y fiscales restrictivas, alertó este lunes la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), agregando que la situación podría llegar a ser peor que la que siguió a la crisis financiera de 2008 y a la pandemia en 2020.
La edición 2022 del Informe sobre Comercio y Desarrollo prevé un crecimiento mundial de 2,5% este año y de 2,2% en 2023, advirtiendo que el alza de las tasas de interés y el endurecimiento de la política fiscal que han aplicado las economías industrializadas, sumada a la cascada de crisis derivadas de la pandemia y la guerra en Ucrania, han hecho pasar la economía mundial de la desaceleración al retroceso, dejando un espacio prácticamente nulo para un aterrizaje suave.
Mayores tasas de interés, una política “imprudente”
La UNCTAD expone el poco efecto que tuvo una década de tipos de interés históricamente bajos en los objetivos de inflación y crecimiento, y argumenta que esta vez tampoco lograrán la meta de controlar la inflación sin dar lugar a una recesión. Se trata de una política “imprudente”, afirma.
En la realidad que atraviesa el mundo, con caídas de los salarios reales, ajustes fiscales, turbulencias financieras y apoyo y coordinación multilateral insuficientes, el endurecimiento monetario excesivo “podría resultar en un periodo de estancamiento e inestabilidad económica para muchos países en desarrollo y algunos desarrollados”, apunta.
Las proyecciones de la UNCTAD indican que los aumentos de las tasas de interés de este año en Estados Unidos reducirán unos 360.000 millones de dólares los ingresos futuros de los países en desarrollo -con excepción de China-, y perciben la medida como una señal de más problemas por venir.
La publicación añade que todas las regiones resultaron afectadas, con un peor efecto en los países en desarrollo, muchos de los cuales están cerca del incumplimiento de la deuda.
También pondera la crisis climática que se agudiza, causando pérdidas y daños crecientes en países vulnerables que carecen del espacio fiscal para encarar los desastres, y mucho menos invertir en su desarrollo a largo plazo.
Todavía se puede corregir
No obstante, el sombrío panorama, aún hay espacio para corregir el rumbo, asevera.
“Tenemos las herramientas para contener la inflación y apoyar a todos los grupos vulnerables. Es una cuestión de opciones políticas y de voluntad política. Sin embargo, el curso de acción actual está perjudicando a los más vulnerables, especialmente en los países en desarrollo, y corre el riesgo de llevar al mundo a una recesión global”, dijo la secretaria general de la agencia de la ONU, Rebeca Grynspan.
El estudio explica que, dado el deterioro de las condiciones financieras, los flujos netos de capital hacia los países en desarrollo son negativos lo que ha creado la paradoja de que los países en desarrollo estén financiando a los industrializados.
Alto riesgo de una crisis de deuda
Unas 90 economías en desarrollo han devaluado sus monedas frente al dólar este año y sus reservas de divisas están cayendo mientras que los diferenciales en los rendimientos de los bonos ensanchándose, lo que ha dado como resultado un encarecimiento de su deuda y un aumento preocupante del riesgo de una crisis mundial de deuda.
Para contrarrestar la grave situación que atraviesan las economías más atrasadas, la UNCTAD pide que se incremente la Ayuda Oficial al Desarrollo y los derechos especiales de giro, entre otras provisiones para apoyar a los países en desarrollo.
“Además, debería ser prioritario avanzar en un marco jurídico multilateral para gestionar la reestructuración de la deuda, incluyendo a todos los acreedores oficiales y privados”, enfatiza.
Inflación
Con respecto a la inflación, el análisis dice que en las naciones desarrolladas se ha disparado sobre todo por la subida de los precios de los productos básicos, especialmente la energía, y por las interrupciones de las cadenas de suministro, mientras que en los países en desarrollo la inflación se debe a los precios de la energía y a la depreciación de sus monedas.
Por otra parte, la guerra en Ucrania ha incrementado las turbulencias de los mercados de materias primas, que no han cesado desde hace más de una década. En este terreno, la UNCTAD destaca el papel de los especuladores, que tienen demasiada influencia en los contratos de futuros, los swaps de materias primas y los fondos que se negocian en la bolsa de valores.
En este sentido, aboga por una mejor regulación y por un gravamen a las ganancias extraordinarias para frenar las alzas de precios que empujan a millones de personas a la pobreza extrema en tanto que las empresas se enriquecen desmedidamente.
América Latina
En América Latina y el Caribe el panorama es gris: el entorno externo supondrá un obstáculo mayúsculo adicional para el crecimiento durante los próximos años, sobre todo en los países más endeudados.
Según la UNCTAD, la región registrará una pronunciada desaceleración, pasando de un 6,6% en 2021 a un 2,6% este año y apenas un 1,1% en 2023.
Argentina, Brasil y México, los motores económicos de la región disminuirán su avance tras el repunte de 2021 que siguió a la contracción generada por la pandemia. Brasil y México, las economías más grandes, crecerán un 1,8%, con México sin poder llegar a su nivel de 2019.
Rebeca Grynspan señaló que para la mayor parte de las economías latinoamericanas el deterioro de las condiciones financieras mundiales y los cambios en la política económica en los países avanzados afectarán el crecimiento, aumentando la exposición a los embates externos.
El informe señala que si bien los precios internacionales de bienes de la canasta exportadora de la región – como energía, alimentos, fertilizantes y minerales-, subieron unos meses, las alzas fueron de corta duración y presionaron los precios nacionales.
Al igual que para el resto del mundo, la UNCTAD considera que el endurecimiento de la política monetaria en América Latina conlleva el riesgo de una depresión drástica de la demanda interna, lo que puede provocar no sólo una recesión, sino también agitación social.
Más empleo, mejores salarios y cooperación regional
“Impulsar la creación de empleo y permitir aumentos atrasados en los salarios reales serán, en el contexto actual de presiones inflacionarias globales y demanda externa débil, los grandes desafíos de política que enfrentarán la mayoría de los países en su intento de abordar las desigualdades de larga data, reactivar el crecimiento y recuperar la estabilidad económica”, plantea el texto.
Ante este escenario, la secretaria general de la UNCTAD pugnó por una cooperación regional más sólida, ya que ésta ofrecería “un respaldo contra los impactos imprevistos y ayudaría a aprovechar nuevas fuentes de crecimiento económico”.
“Cuanto más tiempo se mantenga alta la inflación, mayor será la probabilidad de que el crecimiento de los salarios siga acelerándose, con el riesgo de que se produzca algún tipo de espiral de precios salariales.” Janet Henry
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